15 octubre, 2024

Horas de negociación. El Gobierno aceptó modificar el proyecto de acuerdo con el FMI antes de enviarlo al Congreso

La oposición rechaza votar, junto a la autorización del entendimiento, los anexos con las medidas que deberá tomar el oficialismo para cumplir las metas del Fondo; con la decisión de reformular el articulado también buscan sumar votos en el oficialismo

 

 

 

 

Martín Guzmán entró a paso firme a la Casa Rosada. Eran las 21.30. El presidente Alberto Fernández lo esperaba en su despacho. Un rato después se sumaron la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el jefe de asesores, Juan Manuel Olmos. Hasta esa hora el proyecto de ley con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) había entrado en un limbo a la espera de una resolución política.

Desde Tucumán, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, junto al jefe de Gabinete, Juan Manzur, buscaban una solución para una situación que ponía en jaque los esfuerzos del gobierno nacional para cerrar el acuerdo con el Fondo. La comunicación fue permanente. Tras dos horas de debate y consultas con gobernadores, el Gobierno aceptó modificar el proyecto de ley que enviará al Congreso para conseguir la aprobación del acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional.

En concreto, la Casa Rosada decidió desdoblar el primer artículo de la iniciativa. Según confiaron fuentes oficiales a LA NACION, primero aparecerá la aprobación del programa para un nuevo financiamiento. El segundo artículo, en tanto, incluirá los anexos del entendimiento. Así, el Gobierno buscará descomprimir la presión de parte del oficialismo y la oposición, quienes reclamaban cambios.

Fuentes de la Casa Rosada informaron hoy a LA NACION que aspiran a presentar el proyecto, con su nueva redacción, hoy “alrededor del mediodía”.

La definición fue tomada por el Presidente, quien ayer permaneció en la Casa Rosada comandando una negociación hasta el filo de la medianoche. Después de un día atravesado por la incertidumbre y las negociaciones, el jefe del Estado se retiró de la Casa de Gobierno a las 23.37.

En su versión original, el artículo 1° del proyecto que ayer dio a conocer la Casa Rosada planteaba: “Apruébase el acuerdo para el refinanciamiento de la deuda entre la República Argentina y el FMI conformado por el memorándum de políticas económicas y financieras y el memorándum técnico, que como anexos (…) forman parte integrante de la presente ley”.

En la nueva redacción del proyecto, el artículo 1° contendrá solo la fórmula en la que los diputados y senadores aprobarán o no el refinanciamiento de la deuda con el Fondo. En un segundo artículo se incorporarán los anexos: el memorándum de políticas económicas y financieras y el memorándum técnico.

¿Qué lograría el Gobierno con esta decisión? Destrabar el rechazo de gran parte de la oposición, que reclamaba el desdoblamiento del artículo con la intención de respaldar con su voto la autorización del refinanciamiento, pero no así las medidas contempladas en los anexos. Esto es, las medidas con las que el gobierno buscará cumplir las metas del fondo a través de la reducción del déficit, el recorte de subsidios a la luz y el gas, y cambios en las políticas monetarias, por ejemplo.

Juntos por el Cambio anticipó públicamente su voluntad de autorizar al Gobierno a refinanciar la deuda con el FMI para evitar que el país caiga en default, pero no está dispuesto -menos aún el sector más duro de la coalición opositora- a avalar con su voto el plan económico que diseñó Guzmán para cumplir con las metas, sencillamente porque lo ven poco sostenible. Como argumento formal esgrimen que el papel del Congreso se limita a autorizar o no un nuevo refinanciamiento, no a aprobar o rechazar un plan económico.

Más allá de este argumento, lo cierto es que al aceptar el primer artículo y abstenerse o rechazar el segundo, un sector de la oposición busca esquivar el costo político de aprobar un ajuste. O, lo que es lo mismo, que el Gobierno asuma ese costo político en soledad.

Completado el cambio, fuentes oficiales confirmaron que el proyecto llegaría hoy a la Cámara de Diputados, donde intentará acelerar el tratamiento para aprobar el proyecto el jueves o viernes de la semana próxima, y girarlo al Senado. Los tiempos apremian: aunque el acuerdo anunciado ayer reduce la incertidumbre, la Argentina enfrenta un vencimiento de la deuda con el Fondo el 22 de marzo, cuando deberá abonar 2800 millones de dólares.

Mientras pasaban los minutos, en medio de las conversaciones, Fernández, Guzmán, Ibarra, Vitobello y Olmos intentaron pedir comida, pero la cocina de la Casa Rosada ya había cerrado. Rápidamente un colaborador pidió dos docenas de empanadas -en su mayoría de carne y jamón y queso-, que llegaron al despacho presidencial a las 22.57.

Debate exprés

La intención de Massa es llevar la iniciativa al recinto el jueves o viernes próximos para que el Senado pueda cumplir con los tiempos parlamentarios y sancionar el acuerdo antes del 22 de este mes, cuando el país debe afrontar un vencimiento con el FMI por 2800 millones de dólares.

Si bien durante el encuentro con Massa algunas voces opositoras esbozaron sus reparos a que un proyecto tan trascendente sea abordado en un “debate exprés”, lo cierto es que en Juntos por el Cambio son varios los dirigentes que aconsejan ultimar cuanto antes la discusión antes de que sus diferencias internas sobre cómo votar la iniciativa escalen a un nivel sin retorno.

En efecto, a medida que transcurren los días las divergencias entre los socios de la coalición opositora se profundizan. El sector más duro de Pro milita el rechazo al proyecto; otros, en cambio, aconsejan la abstención. Por cuerda separada, la UCR y la Coalición Cívica podrían votar a favor en general y abstenerse en los artículos durante el debate en particular.

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