Salvador Martínez Mas
Berlín, 29 ago (EFE).- Los electores de las regiones orientales alemanas de Sajonia y Turingia se preparan para votar el domingo, muchos con la mente puesta en las diferencias económicas que aún separan a lo que fue la comunista República Democrática de Alemania (RDA) de la Alemania Occidental, de las que sacan provecho las formaciones extremistas.
Gunther Zschommler, un granjero afincado en Großschirma que produce cereales y pienso para animales en su explotación láctea de 380 cabezas de ganado, dijo a EFE que, en su sector, como en muchas zonas orientales germanas, hay “un enfado por la evolución de la situación en los últimos 30 años”.
“Sajonia se ha centrado mucho en las grandes ciudades e industrias, esto quiere decir que en Dresden, Leipzig o Chemnitz disfrutan ahora de desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial, por nombrar un ejemplo”, pero “la actividad agrícola parece que la han dejado aparcada”, señaló Zschommler.
Aludió así a la situación que le ha valido a Sajonia, donde abundan las empresas dedicadas a las nuevas tecnologías, el apodo de ‘Silicon Saxony’, por el estadounidense ‘Silicon Valley’.
Por ejemplo, el Estado alemán invertirá allí hasta 5.000 millones de euros para la construcción de una fábrica de chips de la firma taiwanesa Taiwan Semiconductor Manufacturing Company “TSMC”.
Pero de estas iniciativas, que crearán miles de nuevos empleos, no se ha beneficiado el campo alemán, señaló Zschommler.
En el este alemán continúa vigente -no sólo en el campo- el sentimiento de agravio que resultó de la transformación hacia la economía social de mercado actual desde el régimen comunista.
Ese proceso tuvo grandes costes sociales y económicos pues, entre otras cosas, se estima que se perdieron el 70 % de los puestos de trabajo que otrora tuvo la Alemania Oriental.
Tres décadas después del ocaso del régimen comunista, los trabajadores germanos del este aún ganan, de media, un 16 % menos que los del oeste, según datos recientes de un estudio de la Fundación Bertelsmann.
Las políticas de armonización socioeconómica entre el oeste y el este implementadas en las últimas tres décadas han tenido resultados positivos en lo que fue la RDA, cuyo Producto interior bruto (PIB) per cápita supera actualmente el de prácticamente toda España y buena parte de Italia y Francia.
Sin embargo, hay regiones con “debilidades económicas estructurales” en el este alemán, explicó a EFE Joachim Ragnitz, investigador del instituto para estudios económicos Ifo de Dresde.
“Alemania del este, si la comparamos con el resto de Europa, es una región donde se vive bien. El este de Europa, por ejemplo, tiene peores indicadores económicos”, afirmó Ragnitz.
“Pero la gente en el este de Alemania no se compara con regiones de Polonia o Rumanía, sino con el oeste de Alemania, o con un ideal mediatizado según el cual la diferencia entre el oeste alemán y el este alemán es muy grande”, añadió Ragnitz.
“Es verdad que ciudades como Dresde o Chemnitz están en una fase de desarrollo económico positivo, pero también las hay como Lausitz, o en el centro de Sajonia, donde los sondeos indican que hay una mayor intención de voto a favor de Alternativa para Alemania (AfD)”, abundó este experto en alusión al partido ultraderechista que parte como favorito en los comicios del próximo domingo.
También en Turingia, señaló, la capital, Erfurt, goza de una mejor situación y perspectiva respecto al resto de ese otro estado federado.
A su entender, esta situación también favorece a otra formación de perfil “autoritario”, como la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW).
Los sondeos atribuyen a AfD en Sajonia y Turingia hasta un tercio de la intención de voto, un porcentaje al que sólo se acerca la Unión Demócratacristiana (CDU), mientras que a la BSW las encuestas le pronostican un 20% en Turingia y un 15% en Sajonia.
Zschommler reconoció que en su sector abunda una sensación de “decepción”.
Notorias tractoradas a finales del año pasado y principios de este ya mostraron al Gobierno del canciller Olaf Scholz el enfado de los agricultores y ganaderos.
Al Ejecutivo, este productor del sector primario le reprocha “regir al margen de la realidad”, con excesivas trabas burocrácticas.
“En Alemania se sabe más de una vaca, sobre lo que hace y dónde está, que sobre la gente que vive en el país”, señaló Zchommler, que vio en el Ejecutivo de Berlín la intención de “querer salvar el mundo” con sus políticas verdes e imponiendo un “excesivo control” a su actividad.
Este sentir, que se une al sentimiento de frustración económica por las diferencias entre este y oeste, según él, animará a muchos a votar el domingo a AfD.EFE
Smm/cph/jac
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