Barcelona, 28 ago (EFE).- Los seis equipos que compiten en la Copa del América de Barcelona encaran, una vez finalizada la tercera regata preliminar, la ronda clasificatoria ‘Round Robin’, en la que no cuentan los resultados del defensor del título, el team New Zealand, y en la que uno de los otros cinco quedará eliminado.
En todo caso, todos los competidores se muestran “confiados” por las opciones que tienen en la víspera del inicio de la siguiente fase.
Después de una final del preliminar marcada por las tres penalizaciones recibidas por el Luna Rossa Prada Pirelli italiano, finalmente el Emirates Team New Zealand, defensor del título, se llevó la manga y reafirmó su capacidad para repetir la gesta.
Ambos equipos ganaron cuatro de los cinco duelos disputados en esta fase de entrenamientos antes de medirse en la final, mientras que el NYYC American Magic estadounidense hizo lo propio en tres ocasiones, el INEOS Britannia británico en dos y el Alinghi Red Bull Racing Suizo y el Orient Express francés en una.
Unos desafiantes “muy fuertes”
“Este es el mejor grupo de desafiantes más fuerte de la historia de la competición”, afirmó en una conferencia de prensa celebrada este miércoles en el Auditorio del World Trade Center de Barcelona Peter Burling, patrón del Emirates Team New Zealand.
El doble campeón olímpico neozelandés apuntó que lo emocionante de la Copa del América es que los equipos “siempre evolucionan”, algo que, con la irrupción de las nuevas tecnologías, “ahora se analizan datos que en otras ediciones hubieran sido muy útiles”.
“Es genial para el evento ver cómo nos enfrentamos los unos contra los otros. La gente se viene arriba cada vez más y espero que cada vez haya regatas más disputadas”, destacó Burling.
La serie del doble ‘Round Robin’ (diez enfrentamientos para cada equipo) constará de un total de 30 mangas y está programada para finalizar el 8 de septiembre.
Además, será la última vez que el defensor competirá contra los desafiantes antes de la final de la Copa del América.
“Vamos a aprender lo que podamos de ‘los kiwis’ porque son el equipo de referencia y acaban de ganar el Preliminar. No pensamos en un equipo individual en esta ronda clasificatoria, sino que aprendemos de nosotros mismos en cada regata que se celebre”, aseguró el australiano James Spithill, patrón del Luna Rossa.
En ediciones anteriores, el defensor no competía hasta la final, aunque ahora los neozelandeses se miden contra los desafiantes en las regatas preliminares y en la clasificatoria.
“Era una propuesta interesante, pero creo que es bueno competir contra los neozelandeses en las fases iniciales. Seguro que hemos aprendido nosotros más de ellos que al revés”, comentó el timonel del INEOS Britannia británico Ben Ainslie.
Oportunidad para corregir errores
Llegados a la ronda clasificatoria, los seis equipos ya han podido medir sus capacidades entre ellos y adaptarse con sus barcos AC75 al ritmo que exige la competición más antigua del deporte internacional, que este año cumplió 173 años de historia.
“Hemos estado por debajo de nuestro nivel, hay que ser realistas y tenemos que responder. Sin embargo, tuvimos un par de buenas carreras y navegamos bastante bien, con buenos cambios de viento”, subrayó el patrón del American Magic Tom Slingsby.
De esta forma, restó importancia a los problemas electrónicos sufridos en su prueba contra el Orient Express: “Tuvimos un fallo contra los franceses, pero eso cambió nuestra mentalidad”, argumentó Slingsby, quien el día siguiente contribuyó a que su equipo venciera a los neozelandeses.
“Nuestros equipos de tierra y diseño han podido sacar lo mejor del barco, con muchos pequeños detalles por dentro y por fuera y en el sistema hidráulico para mejorar el rendimiento cada día”, detalló el timonel principal del Alinghi, Arnaud Psarofaghis.
El retorno de los suizos a la competición, tras no participar en ella desde 2010, no empezó de la mejor forma en Barcelona, donde solo obtuvieron una victoria frente a los franceses.
“Tenemos el legado de nuestro equipo y ahora hay que seguir haciendo lo que hemos aprendido durante estos tres años”, reflexionó el navegante suizo.
Por su parte, el regatista Quentin Delapierre, patrón del Orient Express, último clasificado de la tercera regata preliminar, dijo que ese último puesto “no es tan frustrante”: “No teníamos tanta experiencia como otros, sobre todo al inicio”, valoró.
“No estamos para participar, sino exigiéndonos cada día ganar las regatas. Nos sentimos confiados porque el barco es muy rápido y lo demostraremos a partir de mañana”, concluyó Delapierre.
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