Yamena, 20 ago (EFE).- Médicos Sin Fronteras (MSF) reclamó este martes una “respuesta rápida de más organizaciones humanitarias” ante las “peores inundaciones que se recuerdan en el este de Chad”, que han causado ya la muerte de al menos 64 personas y han afectado a más de 260.000.
La “devastada” ciudad de Koukou, en la provincia de Sila, en el este del país, es la más afectada, y “miles de personas han huido de las aguas, han buscado refugio en una colina y se enfrentan a una desesperada escasez de alimentos, cobijo, agua potable y atención sanitaria”, lamentó MSF en un comunicado.
Desde principios de agosto, Chad, al igual que otros países africanos como Togo, Costa de Marfil, Liberia, Níger y Mali, está sufriendo las consecuencias de las fuertes lluvias y la crecida de aguas.
“Hemos oído cómo las casas se derrumbaban a nuestro alrededor. La gente veía cómo sus casas se desplomaban ante sus ojos”, describió la coordinadora de MSF en Sila, Julie Melinchar, según el comunicado.
A causa de las precipitaciones, muchos pozos están inundados y contaminados, y la población se ve obligada a beber agua estancada.
Las reservas de alimentos también se han visto afectadas en una zona en la que ya existía una crisis alimentaria antes de las inundaciones.
La organización médica y humanitaria, que está presente en Koukou, urgió a otras ONG a proporcionar ayuda de emergencia tanto a esta localidad como al resto de la provincia de Sila para dar una “respuesta rápida y coordinada” y evitar que el desastre natural se convierta “en una catástrofe humanitaria”, en palabras de Melinchar.
Según explicó en el comunicado, MSF instaló una clínica móvil de atención primaria en la colina de Koukou adonde huyó la población afectada y está mejorando el acceso al agua potable.
“Este desastre se ha producido en el peor momento posible, cuando tanto las tasas de malaria como de desnutrición están en sus picos estacionales”, subrayó la ONG.
De acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Chad es uno de los países más afectados por las lluvias, que han obligado a 5.286 personas a abandonar sus hogares en el país.
Las inundaciones, que en muchos casos afectan a las mismas comunidades año tras año, también han perjudicado gravemente a los medios de subsistencia y a los servicios sociales básicos, lo que ha minado la capacidad de las personas para autoabastecerse y las obliga a depender de la ayuda humanitaria, según la OCHA.
La previsión de la temporada de lluvias para 2024 pronosticaba precipitaciones acumuladas superiores a la media en los periodos de junio a agosto y de julio a septiembre en zonas ya propensas a las inundaciones en el Sahel y en algunos países de África occidental.
Esta situación agrava las circunstancias de una población ya vulnerable por la pobreza crónica, el subdesarrollo, los conflictos y la inestabilidad política. EFE
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