Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, escoltado por la policía tailandesa (EFE/Somkeat Ruksaman)
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A poco más de una semana para conocer la sentencia del juicio contra Daniel Sancho por el presunto asesinato del médico colombiano Edwin Arrieta, una de las principales incógnitas por despejar, ante una posible condena, radica en si la justicia tailandesa considerará que el acusado actuó o no con premeditación. El matiz no es baladí, ya que podría suponer la pena de muerte para el hijo del actor Rodolfo Sancho.
En este sentido, fuentes de la causa han señalado a Infobae España que existen “pruebas muy claras” que demuestran que Sancho tuvo intención de matar a Arrieta desde el principio. “Estaba preparado para matar”, aseguran. Resta por saber si tanto el fiscal como los abogados de la familia de la víctima han logrado convencer al juez de que Sancho lo tenía todo planeado.
De no haber premeditación, o de no poder demostrarse, la pena que previsiblemente caiga sobre el español consistirá en años de cárcel. Al respecto, las mismas fuentes consultadas han asegurado que Sancho ha dicho a sus compañeros de prisión que su familia ha pagado para poder salir pronto de la cárcel en caso de ser condenado. “Daniel le dice a la gente en la prisión que será libre, ya que su padre pagó una gran cantidad a alguien”, han denunciado.
No es la primera vez que sobrevuelan sospechas de que Sancho ha gozado de un presunto “trato de favor” desde que se dio a conocer el caso. Así lo llegaron a denunciar los familiares de Arrieta, quienes señalaron, en mayo pasado, que había ciertas “anomalías” alrededor del proceso. Una de estas extrañezas, detallaron, fue el hecho de que el abogado tailandés del acusado, Aprichart Srinual, hubiese sido visto cenando con el fiscal, Jeerawat Sawatdichai, durante las fechas en las que se celebraba el juicio.
Nueve días para la sentencia
El juez que ha llevado adelante todo el procedimiento judicial leerá la sentencia contra Sancho el próximo jueves 29 de este mes. El juicio al hijo de Rodolfo Sancho por el presunto asesinato de Edwin Arrieta arrancó el pasado 9 de abril y se prolongó durante algo más de tres semanas hasta el 2 de mayo último. Todo el proceso se llevó a cabo a puerta cerrada.
En total han sido 12 sesiones y alrededor de 35 testigos. La defensa sólo ha contado con una decena, entre ellos su padre y su madre, la analista de inversiones Silvia Bronchalo. Una de las preguntas que se han repetido ha sido el periodo de tiempo, de “una hora” según el acusado, que transcurrió entre la muerte del médico y el comienzo del descuartizamiento de su cadáver. “Sabía que estaba muerto porque no se movía”, dijo Sancho, que optó por no llamar a los servicios de emergencias. “Estaba en shock”, sostuvo ante el tribunal.
La Fiscalía ha tratado de demostrar que Sancho asesinó de manera premeditada a Arrieta, en agosto de 2023, en la turística isla de Phangan, cercana a Samui, en la que ambos habían quedado ese día. Por su parte, la defensa ha alegado que el chef, que ha tenido un papel muy activo en el juicio, actuó en defensa propia tras un intento de violación por parte de Arrieta y que la muerte del cirujano colombiano en la villa del español en Phangan se debió a un accidente durante una pelea.
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