Lima, 14 ago (EFE).- Perú registró 1.191 casos de feminicidio entre el 2015 y 2023, de los cuales 146 se perpetraron el año pasado, y la tasa más alta se reportó en la surandina región de Huancavelica con 2,9 por cada 100.000 mujeres, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
El documento sobre Feminicidio y Violencia contra la Mujer detalló que el peor año fue el 2018 con 150 víctimas.
La tasa de feminicidio a nivel nacional se mantuvo en 0,9 en el 2023, pero en la sureña región Arequipa se elevó a 2,5, en la central Junín fue 2,3 y en la selvática Huánuco 2,2.
El mayor número de casos se registró en Lima con 283 y el 4,3 % de las víctimas, a nivel nacional, fueron extranjeras.
De acuerdo a las características de la agresión, el 24,7 % fue un ataque con arma blanca, el 22,6 % por estrangulamiento, asfixia o ahogamiento, el 14,4 % por arma de fuego y 10,3 % por un golpe con un objeto contundente, entre otros.
En el 50,5 % de los feminicidios, “los celos” fueron el principal motivo para perpetrar la muerte de la mujer, seguido de la violencia familiar (10,3 %), la negativa de la víctima a volver con la pareja (7,2 %) y el abuso sexual (6,2 %), según los datos del INEI.
En la mitad de los casos, el ataque ocurrió en la vivienda de la víctima, precisó el informe.
Asimismo, la investigación detalló que en el 65,8 % de los casos fueron cometidos por la pareja o expareja de la víctima, principalmente el conviviente (29,5 %).
A nivel regional, Perú ocupa el sexto lugar en casos de feminicidio (146) en 2023 y el décimo lugar respecto a la tasa de incidencia por cada 100.000 mujeres (0,9)
Sobre la población penitenciaria recluida por el delito de feminicidio, el informe indicó que asciende a 835 personas, 80 denunciados más que en 2022, y que el 56 % tiene entre 18 y 39 años de edad.
El 61,8 % de los internos ha recibido ya una sentencia por este delito y el 38,2 % está siendo procesado.
El INEI precisó que se entiende como feminicidio la muerte de mujeres por su condición de género, en el contexto de violencia familiar, coacción, hostigamiento o acoso sexual, abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o relación que confiere autoridad al agresor y en toda forma de discriminación, independientemente de que exista o haya existido una relación conyugal o de convivencia. EFE
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